lunes, 12 de noviembre de 2012

Playa Los Frailes


Playa Los Frailes

Los Frailes es una playa curva, en forma de ensenada, encarando al oeste, con horizonte completamente despejado. Al oeste se encuentra rodeado de colinas ligeramente montañosas y hacia el sector de la quebrada correspondiente a la desembocadura del Río Las Pampas, las colinas se retiran para la parte posterior.


La vegetación existente corresponde a formaciones vegetales primarias, las mismas que al momento están desapareciendo en Manabí.
La arena de la Playa los Frailes es fina y contiene algas en su superficie, es de color gris verdosa, con conchillas y zona de canto rodado en la orilla.



Esta playa se abre hacia el norte completamente despejado, hacia el sur toda la zona elevada de acantilados está completamente dominada por la ciudad y hacia el sur oeste el paisaje está dominado por la zona de acantilados, hacia el oeste está completamente dominada por la presencia del rompe olas portuario.








UBICACIÓN


Los Frailes tiene una playa linda solitaria se encuentra ubicado en el suroccidente de Portoviejo.




EXTENSIÓN

La Playa de “Los Frailes” tienen una extensión aproximada de 3 kilómetros, desde Punta Cabuya hasta Punta Los Frailes.



CLIMA



El clima en Playa de Los Frailes es caluroso. Su temperatura varía entre los 25 y 29 grados centígrados.






FLORA


Entre las plantas nativas de esta zona encontramos: rastreras, ojo de buey, pechiche marino, moyuyo, arrayán, verdolaga marina, cactus, salado, forra y árboles de manzanillo, los cuales se pueden encontrar atrás de las dunas





FAUNA



En los alrededores de esta playa se pueden encontrar pelícanos, gallinazos, garza blanca, gaviota, caracoles, cangrejos, entre otras.
Especies Simbólicas: Entre las especies simbólicas de esta playa
Patas azules, Fragatas
y pelícanos.










ATRACTIVOS
• Según muchos, la Playa Los Frailes más hermosa de Ecuador. Ubicado dentro del Parque, esta pequeña playa de aguas cristalinas ofrece curiosas formaciones rocosas, además de una pequeña travesía previa por un bosque seco. Existe un mirador donde se puede apreciar el esplendor de la zona y el Islote Sucre.


• Es una playa curva, en forma de ensenada, al oeste se encuentra rodeado de colinas ligeramente montañosas y hacia el sector de la quebrada correspondiente a la desembocadura del Río Las Pampas, las colinas se retiran para la parte posterior. La arena de la Playa los Frailes es fina y contiene algas en su superficie, es de color gris verdosa, con conchillas y zona de canto rodado en la orilla, es la playa más bonita del Parque Nacional Machalilla.










LEYENDAS


Los Gigantes de Sumpa En tiempos muy lejanos, tan distantes que ni el más viejo de los narradores de cuentos y leyendas podría precisar, había en la población de Sumpa (lo que hoy es el cantón de Santa Elena) una especie de rey o cacique, muy admirado y respetado por su valentía y talento, a quien llamaban TUMBE.


Dicen las leyendas, que inmediatamente acabado el Diluvio Universal, llegaron a Sumpa algunos de los primeros hombres que repoblaron la Tierra. Y como la encontraron buena para la vida humana y pródiga para la agricultura y pesca, se establecieron desde la orilla del mar, hasta bien avanzado el interior.


Tumbe tenía dos hijos, Quitumbe y Otoya. Como era un gobernante emprendedor y ambicioso, envió en expedición a Quitumbe, con el encargo de descubrir nuevas tierras y añadirlas a su reino. Y Quitumbe las descubrió, tanto al norte, como al sur. Fundó el pueblo de Tumbes y puso los cimientos de algunas ciudades importantes como la que después sería la bella
Quito




Catari, un antiguo narrador de historias, de esos que antes de la llegada de los españoles eran llamados quipucamayos, afirmaba que Quitumbe dejó un descendiente llamado Guayanay, padre de Atau, quien a su vez engendró a Manco Capac, primer monarca del Perú.


En un pequeño cerro de amplia plataforma, ubicado cerca de lo que hoy es el balneario de
Salinas., establecieron los gigantes su residencia, en una especie de fortaleza hecha con piedra de la zona. Desde allí partían en periódicas excursiones que arrasaban cuanto hallaban al paso: hombres, rebaños, sembríos, viviendas, todo desaparecía bajo sus plantas. Un día invadieron la residencia del cruel Otoya y le quitaron la vida.



Varias veces hicieron frente los valerosos sumpeños a los gigantes. Pero fue vano sacrificio; equivalía a pelear armado con una aguja frente a alguien que llevaba una espada o una lanza.


Esos actos valientes terminaron siempre en desbandada despavorida de los naturales. En respuesta aquella resistencia, los gigantes aumentaron su crueldad. Disgregaron a los sumpeños, obligándolos a esconderse en la montaña o en cuevas conocidas únicamente por ellos.


Vino éste armado de una flecha incandescente, con la que liquidó a los invasores. De los gigantes grandes como casas y crueles como fieras, quedaron únicamente huesos calcinados, que fueron cubiertos por la tierra. Osamentas que en diversas oportunidades han sido descubiertas por arqueólogos y atribuidas a animales que habitaron el planeta antes del Diluvio.


Con aquel acto de justicia de Pachacámac., los sumpeños recobraron su tierra y la felicidad.


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